Pestañas

domingo, 24 de febrero de 2013

Célula Eucariota. Mitocondias y Respiración Celular



CÉLULA EUCARIOTA: MITOCONDRIAS Y RESPIRACIÓN CELULAR


La mitocondria es un organelo en forma de salchicha, de aproximadamente 0.2 micras a 1.0 micras de diámetro y 1 a 4 micras de longitud.


Está formada por una membrana externa que sirve como frontera exterior, y una membrana interna que se sitúa justo por dentro de la membrana externa y una gran parte de ella forma pliegues profundos o invaginaciones llamadas crestas. El espacio ubicado entre la membrana externa y la membrana interna se llama espacio intermembrana; y, la matriz, es el medio acuoso ubicado en el centro de la mitocondria y contiene ribosomas y ADN.




La principal función de las mitocondrias es generar energía para mantener la actividad celular mediante procesos de respiración aerobia. Los nutrientes se escinden en el citoplasma celular para formar ácido pirúvico que penetra en la mitocondria. En una serie de reacciones, parte de las cuales siguen el llamado ciclo de Krebs o del ácido cítrico, el ácido pirúvico reacciona con agua para producir dióxido de carbono y diez átomos de hidrógeno. Estos átomos de hidrógeno se transportan hasta las crestas de la membrana interior a lo largo de una cadena de moléculas especiales llamadas coenzimas. Una vez allí, las coenzimas donan los hidrógenos a una serie de proteínas enlazadas a la membrana que forman lo que se llama una cadena de transporte de electrones. 
La cadena de transporte de electrones separa los electrones y los protones de cada uno de los diez átomos de hidrógeno. Los diez electrones se envían a lo largo de la cadena y acaban por combinarse con oxígeno y los protones para formar agua.
La energía se libera a medida que los electrones pasan desde las coenzimas a los átomos de oxígeno y se almacena en compuestos de la cadena de transporte de electrones. A medida que éstos pasan de uno a otro, los componentes de la cadena bombean aleatoriamente protones desde la matriz hacia el espacio comprendido entre las membranas interna y externa. Los protones sólo pueden volver a la matriz por una vía compleja de proteínas integradas en la membrana interior. Este complejo de proteínas de membrana permite a los protones volver a la matriz sólo si se añade un grupo fosfato al compuesto difosfato de adenosina (ADP) para formar ATP en un proceso llamado fosforilación. 
El ATP se libera en el citoplasma de la célula, que lo utiliza prácticamente en todas las reacciones que necesitan energía. Se convierte en ADP, que la célula devuelve a la mitocondria para volver a fosforilarlo.




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